miércoles, 23 de septiembre de 2015

Vietnam, la sonrisa de Asia


Madrid, 14 de septiembre de 2015


Aterrizamos en Madrid a las 23:30 de la noche. Nuestro último día fue de viaje. A las 6 de la mañana nos levantamos y fuimos al aeropuerto. Nuestro vuelo salia a las 10:55 pero en el hostel nos advirtieron de que podíamos coger tráfico denso. Llegamos pronto al moderno aeropuerto internacional de Bangkok, en dos horas estaríamos volando y dariamos por finalizada nuestra Ruta del Mekong.



Durante 17 días hemos recorrido uno de los países más fascinantes que he tenido la oportunidad de visitar. Un viaje muy completo en el que hemos tenido naturaleza de la que te deja con la boca abierta como los arrozales de Sapa y la Bahia de Halong, viejas ruinas y templos para perderse e imaginar, como la Ciudad Púrpura de Hue, el templo de la literatura en Hanoi o los templos de Angkor en Camboya y ciudades que invitan a quedarse y disfrutar de su ambiente como Hoi An o la propia Hanoi. 



Pero los países sin su gente no son nada, y en contraposición con sus vecinos tailandeses, camboyanos y chinos, los vietnamitas tienen un carácter especial. Son serviciales como los japoneses, pero ante todo destacan por su naturalidad, no rehuyen el contacto, son amables y se ve que disfrutan con la visita del turista. Son lo que hace a este país especial. Para mí Vietnam es la auténtica sonrisa de Asia.



La Ruta del Mekong nos ha dejado grabados momentos que no olvidaremos y nos ha dejado con ganas de mucho más. Hay que empezar a pensar en la próxima aventura, en el próximo destino que nos ayude a soñar y a sobrellevar la rutina. Hay que pensar en ir más allá, y ¿por qué no? tal vez tengamos que pensar en llegar al fin del mundo.




Bangkok, un broche de bisutería fina para acabar el viaje

Bangkok, 13 de septiembre de 2015

Nuestro último día de ruta lo queríamos dedicar a ver alguno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. No madrugamos, teníamos tiempo de sobra para ver los dos atractivos turísticos de Bangkok y desayunamos tranquilamente y con fuerza. Desde las 9 de la mañana el sol pegaba ya con fuerza. Nuestra primera parada era el Grand Palace, tal vez el mayor atractivo de la ciudad.



El palacio se encontraba a unos 15 minutos andando desde nuestro hostel, así que fuimos dando un paseo. Cruzamos por un mercado de comida donde los puestos se superponían unos sobre otros mostrando sus "delicatessen". También pudimos tener nuestro primer contacto con la famosa calle Khao San, lugar de fiesta para los viajeros y mochileros que a esas horas se encontraba bastante tranquila.

domingo, 13 de septiembre de 2015

De la soledad de Angkor al bullicio de Bangkok

Bangkok, 12 de septiembre de 2015

El despertador sonó a las 4:30 de la mañana. Todavía era de noche pero nuestro conductor estaba en la puerta del hostel esperándonos para llevarnos a ver amanecer desde Angkor Wat. Desayunamos en el Tuc Tuc el picnic que nos habían preparado en el hotel de camino a las ruinas. La ciudad estaba comenzando a despertarse y una hilera de Tuc tucs iban por delante y detrás de nosotros, todos en la misma dirección. En el camino, ya cerca de Angkor, vimos un accidente de tráfico bastante grave, los agentes estaban buscando los cuerpos entre la selva. Es raro que en estos 15 días no hayamos visto ningún accidente, tanto en Vietnam como en Camboya las leyes de tráfico son inexistentes.



Fue un acierto ver amanecer el segundo día y no el primero como nos ofreció nuestro guía. La cola para sacar las entradas a las 5 de la mañana es enorme. Nosotros com ya teníamos nuestros tickets nos la saltamos.

Los templos perdidos en la Selva Camboyana

Siem Reap, 11 de septiembre de 2015

A mitad de la noche nuestra habitación se quedó sin luz y tuvimos que dormir sin aire acondicionado. Lo peor fue que nuestros móviles y baterías con los que hacemos fotos sólo se habían cargado a medias, por lo que corríamos el riesgo de quedarnos sin cámara a medio día... A las 8 de la mañana con total puntualidad estaba nuestro conductor esperándonos para llevarnos al recinto de Angkor. Después de desayunar en el hotel y ya con bastante calor pese a ser unas horas tan tempranas, pusimos rumbo a las ruinas. Sorprendentemente todo el agua que había inundado las calles el día anterior había desaparecido y sólo quedaban algunos charcos.



La zona de Angkor fue la capital del imperio Jemer entre los siglos IX y XV, de donde datan todas las construcciones. Es el recinto de templos más grande del mundo (ahora están construyendo en la India un conjunto de templos de mayor extensión) y su extensión abarca el tamaño de la ciudad de los Ángeles. El imperio Jemer fue destruido por el reino de Ayutaya, del que también vimos sus ruinas cerca de Bangkok el primer día y estos templos acabaron perdidos en la selva.


sábado, 12 de septiembre de 2015

Viaje hacia el Reino de Camboya

Siem Reap, 10 de septiembre de 2015

Las 6 supuestas horas de viaje en el autobús de la muerte se convirtieron en más del doble, no sabemos muy bien por qué. Como era de noche no sabemos qué pasó exactamente. Diana dice que cree que remontamos el Mekong en un barco carguero y tal vez fuera cierto porque la realidad es que este autobús apenas se movió por la noche, y la experiencia nos dice que ni las carreteras vietnamitas son autovías planas, ni sus conductores son tranquilos y responsables pilotos.


Diana compartió catre en el autobús con un joven americano con pinta de psicópata, a cambio al menos tuvo algo más de espacio para estirar las piernas. Al final llegamos a la frontera entre Vietnam y Camboya al amanecer, que era supuestamente la hora a la que teníamos que haber llegado a Phnom Phem, la capital camboyana. Nos bajaron cual gorrinos que llegan al matadero del autobús y nos hicieron pasar el control de salida de Vietnam. De ahí nos subieron al autobús, y a 200 metros pasamos la frontera camboyana. El trámite fue rápido y acto seguido estábamos subidos de nuevo al autobús. Todos, menos el compañero con cara de psicopata de Diana que nunca más le vimos ni supimos de él. En el autobús tampoco nadie le reclamó. Nos quedará siempre la duda de qué pasó con él.